Por: Miguel Angel Alabart
Son
muchos los padres que insisten en quitarles el pañal a sus hijos cuando ven que
otros niños de la misma edad controlan sus necesidades o porque otras
personas insisten en la conveniencia de
prescindir de él. Lejos de dejarse influir, estos padres deberían saber que
apartar el pañal depende de la voluntad del propio niño y lo hará cuando se
sienta motivado y capaz de hacerlo. Lo realmente cierto es que el control de
los esfínteres antes de los dos años y medio-o incluso los tres-no hará que el
niño sea más maduro, y lo último que necesita es sentirse presionado.
Escuchemos y acompañemos a nuestro hijo dejando de lado a los demás. Hay que
empezar hablando tranquilamente del tema y estar pendientes de cuándo él mismo
empieza a nombrar la acción que está haciendo en su propio pañal: “¡Caca!”,
exclamará contento. Entonces se puede ir con él a comprar un orinal divertido e
instalarlo en un sitio accesible para que pueda empezar a jugar a que “va al
baño”. Al principio, serán intentos, así que mejor no poner demasiadas
expectativas. Cuando empiece a usar el orinal, se le pueden comprar calzones
entrenadores para que la operación sea lo más parecido a lo que hará cuando no
los utilice.
Si
tú estas tranquila, yo estoy tranquilo.
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Sin prisas
Está
bien mostrar nuestra satisfacción cuando empiece a hacer sus necesidades en su
sitio, pero no hace falta exagerar, para que no espere sólo nuestra aprobación
ni se frustre cuando vuelva atrás, que casi seguro que lo hará. Además, a
muchos niños les da seguridad seguir llevando un tiempo el pañal y es mejor que
sientan que a sus padres les parece bien.
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Presionar
a nuestros hijos por el “que dirán” puede tener consecuencias dañinas en la autoestima
futura de nuestros hijos. Nuestros hijos necesitan sentirse acompañados y si
tienes dudas no consulta con profesionales del desarrollo. Hay que motivar,
acompañar y enseñar.
Publicado por: Lic.
Psic. Felipe de Jesús Loranca Aguilar.