La
idea es ayudar a los demás sin resultar distantes ni implicarnos emocionalmente
en sus problemas. Así estaremos libres para prestar la mejor asistencia.
Identifica los
sentimientos del otro
Escucha
con atención lo que te dice y lo que no
te dice. Observa sus gestos, su tono de voz, haz las preguntas que sean
necesarias para identificar qué es lo que está sintiendo.
Comunícale que los has
captado
No
te conformes con descubrir sus sentimientos. Hazle saber que has percibido lo
que siente. Puedes hacerlo explícitamente, aunque también hay pequeños gestos
que pueden demostrárselo.
Empatizar no significa
implicarse
No
es lo mismo captar la angustia del otro que angustiarse. Cuando además de
percibir el sentimiento, nos lo hacemos nuestro, dejamos de ser una ayuda para
el otro. Hay que evitarlo.
Adapta tu comunicación
Modula
toda tu comunicación conforme al sentimiento identificado. Puedes mostrarte muy
expresivo si has captado alegría o muy íntimo si lo que has percibido es
tristeza.
No intentes siempre
dar soluciones
La
gente no espera que podamos resolver siempre sus problemas. Muchas veces sólo
espera poder compartirlos con alguien que los comprenda.
Por: Lic.
Psic. Felipe de Jesús Loranca Aguilar